Carta

Las responsabilidades domésticas tradicionalmente han recaído en las mujeres, y ello tiene unas consecuencias que se traducen en que éstas tienen un desarrollo del trabajo a tiempo parcial, así como una sobrecarga de dobles jornadas. Para esta conciliación es preciso no solo una corresponsabilidad de las tareas familiares y domésticas sino también facilitar la formación de las mujeres en actividades que dentro de su entorno les permita conjugar la actividad laboral y familiar sin salir de su medio, así como apoyar el autoempleo femenino, subvenciones y presencia de la mujer en ferias y redes para difundir sus experiencias. El futuro del medio rural depende en gran medida del papel que se le otorgue a las mujeres y a los servicios y medios que se le ofrezcan para desarrollar su vida profesional y personal sin limitaciones.

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