Las crisis sectoriales y el estancamiento de la renta marcaron el año agrario 2015 en Aragón

La organización agraria UPA Aragón ha lamentado que el sector primario aragonés haya asistido a una “legislatura perdida” en términos de renta y de empleo. El incremento del 1,4 % de la renta agraria en 2015 se debe, según esta organización, a la contención de los precios de los consumos intermedios y a que 2014 fue “nefasto” por el veto ruso.

2015 ha sido también el año de la puesta en marcha de la nueva PAC. Un proceso lleno de retrasos, incertidumbres y problemas en las que los agricultores han perdido “innumerables horas”.

La crisis de precios se ha cebado con varios sectores, destacando la ganadería de vacuno de leche, el porcino blanco o la cunicultura, demostrando según UPA que “aún queda mucho camino por recorrer” en el reequilibrio de la cadena agroalimentaria.

En cuanto al empleo, y a falta de conocer el dato del cuarto trimestre, 2015 ha mantenido unos niveles de ocupación un 2% inferiores a 2014.

En cuanto a la meteorología, 2015 ha sido un año terrible para el campo, con inundaciones y temporales  en enero, febrero y marzo, seguidos de una primavera seca y muy calurosa, y un verano tórrido y con numerosas tormentas. El otoño ha traído una grave sequía que continúa ahora que comienza el invierno.

Análisis pormenorizado del año agrario 2015 por sectores

Política Agraria Común: muchos problemas e incertidumbres

Los profesionales del campo han dedicado “demasiadas horas” a aspectos puramente administrativos, a entender la nueva reforma de la PAC y a intentar adaptar sus explotaciones a los nuevos requerimientos. Las Administraciones se han visto colapsadas y superadas, lo que se ha traducido en retrasos, incertidumbres, dudas y problemas.

De especial gravedad han sido los problemas relacionados con el coeficiente de admisibilidad de pastos (CAP) o el gran retraso en la aplicación práctica de las medidas que contienen los diferentes planes de desarrollo rural. En 2015, debido a la tardía aprobación de los planes, se han puesto en práctica muy pocas medidas, con el correspondiente perjuicio para el medio rural, y en especial para los agricultores y ganaderos.

Durante el período de solicitudes de la PAC, se comprobó que la Administración no estaba preparada para afrontar “con garantías” ese proceso tan importante. El programa informático que se elaboró de forma expresa para llevar a cabo la solicitud presentó múltiples problemas, prácticamente hasta el último día del plazo, algo que fue denunciado continuamente por UPA Aragón.

Fue también es ese momento cuando UPA comenzó a trasladar a la Administración los problemas que estaban surgiendo con la aplicación del nuevo Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP), que en muchos casos reducía la superficie declarable –y por consiguiente, las ayudas- de los ganaderos y ganaderas.

A día de hoy el problema “todavía no está resuelto”, cuando los agricultores y ganaderos deberían tener asignados ya sus derechos y estar pensando en la campaña del año 2016.

Tras los meses de verano, comenzamos a recibir noticias que anunciaban que el Ministerio no iba a cumplir su promesa de comunicar a los agricultores y ganaderos el valor de sus nuevos derechos.

UPA realizó una serie de gestiones, y finalmente en el mes de octubre el FEGA puso en funcionamiento un enlace en su web para poder conocer esos valores preliminares, que aunque sean provisionales, da una primera idea del valor de los nuevos derechos.

 

 

Menos empleo en la agricultura y ganadería

A falta de conocer el dato del cuarto trimestre, 2015 ha mantenido unos niveles de ocupación inferiores a 2014, cuando la media de ocupados de los tres primeros trimestres es un 2 % inferior al dato del año anterior, manteniéndose así la tendencia de los últimos años.

Por otro lado, la media de parados registrados en el sector agrícola entre los meses de enero y noviembre de 2015, se sitúa por encima de los 5800, que supone una disminución de un 5%, con respecto al dato del año 2014. Hemos pasado de 6300 parados en 2014  a 6300 en 2015.

 

Año “terrible” desde el punto de vista meteorológico

2015 comenzó con inundaciones y temporales  en los meses de enero, febrero y marzo. La primavera fue seca y terminó con una ola de calor en mayo –que lo convirtieron en el mayo más caluroso desde 1964- y en junio y julio tormentas de granizo.

Los daños en el campo tras el invierno y la primavera fueron muy importantes, dándose la circunstancia de que un 80% de las zonas afectadas ya sufrieron sequía el pasado año. El verano también destacó por sus elevadas temperaturas y fuertes tormentas de granizo.

El final del año se está caracterizando por una reducción muy importante del régimen de lluvias que está afectando a la cosecha de olivar y a las siembras de cultivos herbáceos. Por otro lado, el volumen de agua embalsada se está reduciendo respecto a la media de los últimos años.

 

Crisis de precios generalizada

2015 se ha caracterizado por ser el primer año de aplicación de la nueva PAC y por ser un año muy malo en cuanto a precios agrícolas y ganaderos de refiere.

Desde el punto de vista de la implementación de la nueva PAC, los agricultores y ganaderos han tenido que lidiar con las nuevas exigencias y requisitos impuestos para este nuevo periodo, algo que ha llevado a todo el sector a solicitar una simplificación de la PAC que la Comisión Europea espera tener lista para 2017.

Del lado de los precios, el resultado no ha podido ser más negativo. Exceptuando sectores muy particulares, los agricultores y ganaderos  han visto cómo los precios agrícolas han mantenido una tendencia bajista, especialmente en ámbitos como el lácteo, porcino o cerealista que están llevando a numerosos productores a la ruina. 2016 se presenta, de momento, con el mismo nivel de incertidumbre.

La política agraria europea ha perdido casi todos sus mecanismos de gestión de mercados, por lo que la capacidad de respuesta conjunta ante una crisis como la de este año es mínima.

Los agricultores y ganaderos aragoneses sufrimos, un año más, ataques a nuestras exportaciones en Francia en los meses de verano, en lo que se ha convertido, tristemente, en una “nefasta tradición reivindicativa de nuestros compañeros galos”. En estos ataques, los agricultores españoles se indignaron ante la inacción de las autoridades francesas, la tibia respuesta dada por el Gobierno español y la nula preocupación por parte de las instituciones europeas. Ante ello, UPA celebró hace pocas semanas una reunión con la organización agraria líder en Francia –FNSEA- para tratar de reconducir la situación y evitar que los ataques se vuelvan a producir.

 

Los recortes se ceban con las mujeres rurales

En lo referente a la situación de las mujeres rurales en Aragón, en el último año hemos visto cómo los recortes que se han seguido produciendo han afectado más al ámbito rural y a sus habitantes, especialmente a las más vulnerables, las mujeres. Hemos continuado retrocediendo en materia de igualdad, conciliación, sanidad, educación, en cuanto a participación equilibrada en órganos de decisión… Estamos perdiendo infraestructuras en nuestros pueblos que costó años conseguir y asistimos a la eliminación de servicios de atención y prevención a las víctimas de violencia de género, a pesar del goteo incesante de asesinadas en el último año.

Asistimos también con extrema preocupación a la desaparición de la Ley de Dependencia que había supuesto un importante hueco de empleo para las mujeres del medio rural y para la supervivencia de nuestros pueblos.

Fademur ha continuado denunciando también en 2015 la pasividad de las administraciones para impulsar la Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias de una forma definitiva.

Fademur continuará trabajando por el reconocimiento de derechos de las mujeres rurales, por la valorización y visibilización de nuestro trabajo como productoras de alimentos de calidad y gestoras del territorio y del medio ambiente.

Baja el valor de las primas pagadas en seguros agrarios

Respecto al sistema de seguros agrarios, en el 2015 se ha mantenido la reducción de presupuesto del 14, lo que ha llevado a que si bien se han mantenido en general los niveles de contratación en cuanto a hectáreas y animales asegurados, sin embargo ha bajado el valor de las primas pagadas, porque los agricultores y ganaderos han buscado opciones más baratas de contratación, que también suponen un menor nivel de cobertura frete a los diferentes riesgos que acontecen en la agricultura y ganadería.

 

Aún no se notan los efectos de la Ley de cadena alimentaria

2015 ha sido el año de la puesta en marcha de la Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria. Aún así, el nivel de contractualización por escrito en el sector primario es muy bajo y prácticas como las ventas con pérdidas o el uso de productos reclamo siguen muy vigentes y como UPA ya denunció en su momento, “la Ley no ha hecho nada por evitarlas”. Cosa diferente es la actuación de la AICA donde es de reconocer su compromiso absoluto con el cumplimiento de la Ley de la Cadena.

En todo caso los desequilibrios de la cadena se mantienen y de momento no se ha mejorado la capacidad negociadora de los productores. El ejemplo más claro lo tenemos en el sector lácteo y las fortísimas tensiones de mercado que han puesto en riesgo de cierre a miles de explotaciones ganaderas.

 

Cabaña ganadera en excelente estado sanitario

El último año ha sido bastante favorable desde la perspectiva de la sanidad animal, aspecto fundamental para preservar nuestras exportaciones que en el ámbito ganadero crecen año tras año manteniendo un nivel óptimo. Cabe recordar que las exportaciones desempeñan una doble función: por un lado, aportan presencia de nuestros productos en los mercados exteriores y además permiten mantener un nivel más adecuado de precios en el mercado interno propio al aligerar la oferta en el mismo.

Este buen ritmo de exportaciones tiene que ver con la correcta ejecución de todos los programas de control, vigilancia y erradicación que se desarrollan en nuestro país.

Conviene destacar los recientes focos de fiebre aftosa existentes en la zona norte de Marruecos que obliga a España a extremar la vigilancia y a los ganaderos a continuar con un cumplimiento estricto de las medidas de bioseguridad en las explotaciones.

 

El informe de la OMS sobre la carne no deja efectos en el consumo

El incidente más destacado en materia de seguridad alimentaria a lo largo del último año ha sido el relacionado con la carne roja y la carne procesada. En efecto la Agencia Internacional para Investigación sobre Cáncer (IARC) publicó una nota de prensa sobre un informe que en un futuro se publicará y en el que se califican a las carnes rojas y los productos cárnicos como potencialmente cancerígenos para los seres humanos.

Desde UPA se hizo una serie de recomendaciones desde el punto de vista de comunicación y en la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) de la que formamos parte se mostró queja sobre la forma de comunicar por parte de la IARC. Se está a la espera de la próxima publicación del informe completo.

 

Pérdida de renta en los cultivos herbáceos

Como anunciamos desde UPA, la cosecha de cultivos herbáceos del año 2015 arroja un balance negativo, con reducción de rendimientos medios sobre la cosecha del 2014 cercanos al 10%, que ya terminó con importantes problemas en amplias zonas productoras. Además el nivel de los precios en origen también se ha situado algo por debajo de las cotizaciones del año 2014, dando lugar a pérdida de renta por parte de los cerealistas.

 

Año positivo para los olivareros a pesar de la escasa cosecha

Durante el año 2015, se ha comercializado la cosecha que comenzó a recolectarse en otoño de 2014. El nivel de producción de aceite fue campaña record produciendo 14.000 t. Con motivo de las bajas producciones en Andalucía con reducciones de mas del 50% con respecto a una campaña normal, el nivel de precios en origen repuntó de manera importante hasta el mes de agosto, momento en el que comenzaron las bajadas de precio. De manera general, el balance para los olivareros en el año 2015 es positivo.

Incremento de producción en el sector del vino

En este año hay dos cuestiones a destacar especialmente, por un lado la campaña 2015/16 ha sido la primera que gracias a la presión del sector vitícola, especialmente desde UPA, se ha podido generalizar la firma de contratos de compraventa de uva para vinificación en base a lo estipulado en la legislación vigente, sobre todo en cuanto a la Ley de la mejora de la cadena alimentaria, si bien los precios de la uva han sido excesivamente bajos ante un contexto de record de exportaciones, bajos niveles de existencias iniciales y gran calidad de uva debido a las condiciones meteorológicas.

 

Las importaciones mantienen hundidos los precios del arroz

El sector arrocero ha seguido influenciado por el aumento de las importaciones procedentes de terceros países, que de nuevo han inundado el mercado comunitario y que mantiene los precios en un nivel extremadamente bajo. De la misma manera la dificultad para poder utilizar productos fitosanitarios limita la rentabilidad de los arroceros.

 

 Veto Ruso y precios sostenidos para la fruta

Indicar que la campaña de fruta, sin ser excesivamente positiva, ha tenido precios sostenidos, más firmes que el año anterior.

 

Precios muy bajos para los avicultores

Los precios de los productos avícolas han estado situados en precios muy bajos con respecto al año 2014, con excepción de los meses de verano. La bajada del coste de la alimentación ha sido el único salvavidas que ha tenido el sector durante el año 2015, con producciones ligeramente superiores a la campaña pasada.

 

Gravísima crisis de precios de la leche de vaca

La supresión de las cuotas lácteas el pasado 31 de marzo de 2015 ha sido sin duda el principal acontecimiento que en materia láctea ha marcado los últimos tiempos y que ha coincidido con otros factores varios que han configurado un escenario plagado de incertidumbres.

Con posterioridad a la supresión de las cuotas, la tendencia de los precios de la leche ha sido claramente bajista.

De este modo, el comienzo de la nueva campaña láctea fue muy complicado, destacando una falta de negociación absoluta de los contratos lácteos. El desequilibrio en el poder negociador ha sido una evidencia en el sector lácteo y en un escenario de bajos precios muchas industrias han impuesto sin escrúpulos los precios a los ganaderos así como el resto de cláusulas de los contratos. Los precios fueron bajos hasta nuestros días de forma que ni siquiera se cubren los costes de producción en muchas regiones.

La falta de recogida de leche se ha materializado en forma de “contratos basura” para los ganaderos con liquidaciones en torno a 18-22 céntimos de euro por litro de leche. Estas prácticas han producido un deterioro gravísimo del mercado lácteo que han afectado duramente a la viabilidad de las explotaciones y al deterioro continuo de las relaciones entre los operadores del sector lácteo, lo que contribuye a desestabilizar y a mantener la falta de vertebración sectorial.

 

Precios por debajo de costes para el porcino

2015 ha sido un año muy complicado en cuanto a precios percibidos por los porcicultores que quedaron ya por el mes de agosto por debajo de los costes de producción. Recientemente se ha anunciado la apertura del almacenamiento privado de carne de porcino con mayores cuantías y mayor flexibilidad en cuanto a productos y salidas al mercado que en años anteriores. Se espera que marque un cambio de tendencia en las condiciones de mercado porque la situación de los productores a día de hoy es ruinosa.

 

La carne de conejo como producto reclamo en la gran distribución

La carne de conejo ha sido uno de los productos preferidos por las grandes cadenas de distribución en España para realizar agresivas y reiteradas promociones con el fin de atraer a sus clientes. Hay empresas de distribución que de manera sistemática han ofrecido carne de conejo a sus clientes a un precio que está por debajo de lo que cuesta producirlo a un ganadero. Al tratarse de un producto sin despiece posible, los efectos negativos para el sector son aún más perniciosos.

La utilización de la carne de conejo como producto gancho o reclamo acarrea una importante pérdida de valor a lo largo de la cadena y constriñe a los diferentes eslabones afectando fundamentalmente al sector productor que ya no puede repercutir a nadie sus dificultades. El conocido como “efecto sándwich” descubre una configuración del precio de arriba hacia abajo, lo que plantea grandes dificultades de rentabilidad a las explotaciones ganaderas cunícolas. En el último año el número de explotaciones de conejos han disminuido en un 3,6%, aunque el censo ha aumentado ligeramente.

 

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