Esther Ibáñez, emprendedora en Ojos Negros

Nombre y Apellidos: Esther Ibáñez Moreno
Edad: 34 años
Explotación / Pueblo: Ojos Negros
Años que lleva en el sector: 0 años
Años que lleva como afiliada a UPA: Medio año

Esther es una joven emprendedora de 34 años afincada en Ojos Negros, provincia de Teruel. Después de varios años trabajando en la administración pública, ha decidido seguir la tradición familiar y montar su propia explotación ganadera. Con ella hablamos de su proyecto, del periplo que está viviendo para ponerlo en marcha, las dificultades que ha encontrado, y dibujamos el mapa social y laboral de una provincia marcada por la despoblación y el envejecimiento, pero en la que también quedan luchadores y emprendedoras como ella.

Ventana al Campo.- Esther, en este momento estás inmersa en la puesta en marcha de una explotación ganadera que vas a gestionar tú misma. Háblanos de tu proyecto.
Esther Ibáñez.- La Explotación que voy a poner en marcha es de 600 cabezas de ganado vacuno de cebo, se trata de una explotación dividida en distintos parques para los terneros, en los que disponen de agua, pienso y paja a su libre demanda.

V.- ¿Cuál es la principal novedad o ventaja que tiene tu explotación?
E. I.- La principal ventaja es precisamente este sistema de, digamos, autogestión, que asegura que las necesidades de los animales estarán siempre cubiertas., El espacio para cada animal también es mucho más amplio que en otras explotaciones por lo que su bien estar se asegura de una forma más sana, evitando así enfermedades y problemas de apelmazamientos. La estructura de la nave es de un manejo simple, para que la limpieza del estiércol sea rápida, asegurando que la cama de los animales esté siempre en correctas condiciones.

V.- ¿Qué te ha llevado a tomar la decisión de convertirte en ganadera?
E. I.- En mi familia había una larga tradición familiar de ganado extensivo de ovino que terminó hace pocos años con la jubilación de mi padre. Este hecho me llevo a plantearme la posibilidad de hacerme ganadera. Y, aunque es cierto que el tipo de ganado es diferente, el hecho de haber trabajado con mi familia en este sector, me dado fuerza y confianza para seguir adelante con mi proyecto.

V.- Esther, hasta hace poco desarrollabas tu trabajo en la administración pública. ¿Qué tiene esta nueva etapa laboral que te compense frente a todo lo anterior?
E. I.- Decidí finalizar mi empleo en la Diputación Provincial de Teruel, por diferentes razones, pero principalmente fue para poder poner en marcha este proyecto. Los animales siempre han sido una pasión para mí, el hacer realidad esto, me aporta satisfacción tanto personal como profesionalmente, el ser autónomo y poder decidir mis horarios de trabajo, hacer realidad esa casi “ficticia” conciliación familiar, son razones suficientes para este trabajo me compense, aunque a veces sea duro, no lo voy a negar.
V.- Tomaste la decisión de quedarte en el medio rural. ¿Cuándo la tomaste y cómo es la vida ahora en esta zona de Aragón?
E. I.- El día que decidí quedarme en Ojos Negros a vivir era consciente de que tenía más en contra que a favor. Pero soy optimista, y siempre he pensado que hay que afrontar estos contras como un reto, y superarlos, para que los pueblos no desaparezcan. En general para la mujer, no hay muchas opciones laborales en Teruel. Y en la comarca del Jiloca todavía menos, ya que el cierre de importantes empresas ocasiono más pérdida de población.

“Creo que tomé la decisión de quedarme en Ojos Negros el día que nací”

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V.- ¿Está siendo difícil poner en marcha tu explotación?
E. I.- Nunca es fácil empezar un proyecto en una provincia con estas características, y quizás menos, un proyecto ganadero. Los permisos para comenzar son farragosos y se alargan en el tiempo. Además, tienes que hacer importantes aportaciones económicas hasta que empiezas a ver resultados. Luego está los proyectos, licencias, documentación y una larga lista de trámites que llegan a desesperar. Pero, con ilusión y paciencia todo sale.

V.- En tu opinión ¿cuál es la salud del sector agrícola y ganadero en la provincia de Teruel?
E. I.- En este momento la agricultura y la ganadería en Teruel sufre agravios con respecto a otras provincias, por lo que todavía es más duro para un joven comenzar en el sector primario. Un sector profesional al que la imagen que otros dan de él, le daña, y hay que trabajar mucho y con firmeza desde diferentes ámbitos para hacer comprender a los ciudadanos la importancia de nuestro sector en Aragón, y en España.

V.- Sabemos que la pregunta tendrá un repuesta amplia, pero, aprovechando que todavía estás inmersa en la fase de puesta en marcha, nos gustaría que nos contaras algunos de los problemas con los que te has encontrado a la hora de poner en marcha tu proyecto, para que pueda servir como orientación a otros emprendedores.
E. I.- ¿Problemas? por dónde empiezo… La verdad es que es un proceso duro. Desde la ubicación de la granja hasta el proyecto final.
Una vez has conseguido comenzar y estudias las ayudas posibles, te encuentras con que es complicado entregar la documentación requerida en los plazos estipulados. Esta fase se puede demorar hasta un año. Después, el principal problema es que tardan bastante tiempo en contestar con la cantidad de ayuda que te conceden, lo que también afecta a la financiación bancaria y los créditos para jóvenes, y sin estas ayudas, lo tenemos muy difícil para emprender. Pero desde UPA Aragón he recibido mucha ayuda en todo el proceso.

V.- ¿Cómo te ha ayudado UPA Aragón en este proceso de puesta en marcha?
E. I.- La ayuda de los técnicos de UPA Aragón ha sido fundamental. Tanto para resolver dudas, como para obtener información y orientación. Su criterio a la hora de elaborar los planes de incorporación ha sido vital. Sin ellos, creo que no seríamos capaces de conseguir poner en marcha proyectos de esta envergadura.

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V.- ¿Qué ventajas consideras que tiene la vida que has elegido?
E. I.- La principal ventaja es que eres tu jefe, el tiempo te lo puedes distribuir según las necesidades que tienes, trabajas en la naturaleza, aunque el tiempo sea a veces caprichoso, el aire libre es el aire libre.

V.- ¿Cuáles son los inconvenientes?
E. I.- Uno de los mayores inconvenientes de este trabajo es tienes que trabajar los 365 días del año. Y que, al trabajar con animales tienes que luchar mucho para sacarlos adelante.

V.- Esther, tienes 34 años, eres una joven emprendedora ¿consideras que se apoya lo suficiente a personas como tú?
E. I.- No, no creo que el apoyo a los jóvenes sea el suficiente, el medio rural es duro, y necesita un rejuvenecimiento de la población actual. Las ayudas deberían ser atractivas para fomentar que la gente se quede en los pueblos y apuesten por el autoempleo. Pero, sobre todo, es necesario que las ayudar tengan estén mejor dotadas económicamente. Que tengan en cuenta que, la incorporación nos obliga a invertir grandes sumas de dinero, comprar maquinaria, instalaciones…, a lo que hay que añadir la dificultad que hay para adquirir pastos, tierras y sus correspondientes derechos por los jóvenes.

V.- ¿Has encontrado especiales dificultades por el hecho de ser mujer?
E. I.- Para ser justa, he de decir que he tenío más dificultades como mujer en mi antiguo trabajo que ahora en esta nueva aventura. Es cierto que todavía queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad en este sector, no lo dudo, pero por suerte en mi casa mi padre y mi madre nos han enseñado lo mismo a mí y a mi hermana que a mi hermano. Sigue habiendo comentarios machistas, aunque, afortunadamente cada vez menos. Con los años, dejan de afectarte tanto, y paso a paso vamos demostrando la igualdad.

V.- ¿Con qué te quedas de toda esta experiencia hasta ahora?
E. I.- Me quedo con esa bonita sensación que te proporciona el tener la oportunidad de volver a empezar. Con las personas, agricultores y ganaderos, a las que he conocido, los consejos que me han regalado, y sus “trucos”. Es una experiencia que te enseña a todos los niveles, y me quedo con eso.

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